Un golpe haciendo deporte, una caída o hasta enredarse con la ropa puede provocarnos una infección en el oído si es que llevamos un piercing y como es algo muy frecuente de ver en consulta, te dejamos las siguientes recomendaciones para que puedas prevenir y también cuidarte.
Si sospechas que tus orejas recién perforadas están infectadas, el primer paso es retirar el aro y limpiar la zona con una solución salina. Evita utilizar alcohol o agua oxigenada, pues pueden irritar aún más la piel. También puedes aplicar una compresa caliente en la zona afectada para ayudar a reducir la hinchazón y las molestias. Los analgésicos de venta libre, como el ibuprofeno o el paracetamol, pueden ayudar a aliviar el dolor.
Si la infección no mejora o empeora, acude a un profesional médico. Pueden recetarte antibióticos o recomendarte otras opciones de tratamiento. Recuerda seguir siempre las instrucciones de cuidados proporcionadas por el profesional del piercing para reducir el riesgo de infección y así evitar complicaciones.
Si una infección de oído no se trata, puede empeorar la condición y causar complicaciones más graves con el tiempo, por lo que te recomendamos encarecidamente buscar atención médica de inmediato y someterte a un examen completo. El examen puede ayudar a identificar la causa raíz del problema y, en consecuencia, se puede administrar el tratamiento adecuado. El tratamiento oportuno también puede prevenir la propagación de la infección y promover una recuperación más rápida, por lo que es esencial priorizar la atención médica oportuna.
Si tienes este problema u otro , no dejes de agendar con nuestros especialistas, siempre es mejor prevenir.
